* Kronenberg está al frente de la planta desalinizadora ubicada en la ciudad de Ashkelon, en el sur de Israel, la mayor del mundo que funciona con tecnología de ósmosis inversa.
* No falta agua. El problema es que sobra la sal y hay que saber sacarla. Nosotros sabemos cómo hacerlo de modo económico y efectivo, con la mejor tecnología hoy existente.
* En el siglo XXI no hay ninguna excusa para decir que falta agua. Hay tecnologías a precios competitivos y se pueden solucionar problemas.
* Recordemos que costó cerca de US$250 millones construir esta planta y que ésta puede suministrar agua a aproximadamente un millón y medio de personas y que al mismo tiempo, dos aviones F-16 cuestan aproximadamente lo mismo.
Artículo completo de la BBC aki.
3 comentarios:
Publicar un comentario