jueves, 2 de abril de 2009

La Promesa 11/12

Al ver a mi hermano pensé que seria injusto si él se fuera, al verlo tan apacible pensé que seria injusto no verlo más jugando, al verlo tan triste pensé que seria injusto no verlo tan alegre, al verlo tan cansado pensé que seria injusto no verlo tan avivado., al verlo tan solo pensé que seria injusto no verlo más a mi lado... también dormí.

Sentía sus latidos juro que sentía sus latidos y en cada uno de ellos también iban los míos en cada aliento de vida, en cada suspiro en cada respiro a cada momento es difícil describir lo que sentía, es difícil sentirlo también , se siente como si estas lleno de vacío, tan cerca y tan lejos, tan claro y tan oscuro, tan fácil y tan difícil.

No se si esta bien lo que siento, no se si esta bien lo que veo, no se si esta bien lo que pasa, me pregunto quien sabrá las respuestas, acaso los doctores, acaso mis padres, acaso Dios, ...acaso Yo. No lo sé.

Lo único que se es que duele ver a tu hermano sufriendo, lo único que se es que es doloroso no poder hacer nada, lo único que se es que es duro sentir como se te va , como se te va , como se te va ... Despertó con los ojos llenos de lagrimas, despertó de un sueño para entrar en una pesadilla el tiempo se detuvo, su cuerpo se quedó inmóvil, su mente quedó en blanco, su espíritu se fue de su lado, su mente lo estaba traicionando, sus dientes temblaban, sus manos sudaban, sus rodillas bailaban y mientras giraba muy lentamente a ver a su hermano se dio cuenta de algo

Noooo, Noooo... se cansó... Su corazón se canso... se canso de latir .

Salió gritando del cuarto tartamudeando y temblando, llamando a los doctores ¡Mi hermano! ¡Mi hermanito! Noooooo

Entró una enfermera, lo tomó un momento. Su rostro cambio , empezó a llamar a sus compañeras. Abigail entró también mientras ordenaba que llamen a los médicos. Otra enfermera retiró de la sala a Miguel, que estaba llorando y gritando descontroladamente.

Los doctores entraron en la habitación, los niños lloraban, aislaron la cama de Renzo y los doctores hicieron todo para revivirlo... Miguel lloraba afuera. De pronto se escuchó ¡Respira ¡ ¡Respira! ¡Llévenlo a la sala! ¡a la sala rápido¡

Salieron los doctores llevando a Renzo a la sala de emergencias. Miguel corría detrás de él como no dejando escapar a su hermano queriendo estar a su lado, hasta el final...

Ring, Ring,... Augusto es para tí ¡Urgente¡ Se alejó del féretro y se dirigió al teléfono. Gabriela miraba nerviosa. Era realmente un castigo ver su rostro, su dolor, ese martirio. Era mucho castigo para él, era mucho para él, un padre, un hijo... De pronto Augusto empezó a llorar. ¡Mi hijo! ¡Mi hijo!- murmuraba.

Gabriela se acerco rápidamente, y lo abrazo ¡dime que esta vivo! ¡ dime que esta vivo! Gritaba y lloraba desconsoladamente.

¡Mi hijo! ¡Mi hijo! Eran uno solo, eran todo, todo tristeza... Todos se inmutaron. Vamos rápido al hospital... repetía el joven padre.

Llegaron.

¡Por aquí! Les indicó una enfermera.

Vieron a Miguel llorando aun con Abigail. ¡Mama! la abrazo llorando. ¡Mama! ¡Mama! Hijito, mi hijo. Mi hijo... Mamá no quiero que se muera... No quiero que se muera...

¿Dónde esta? Repetía Augusto.

Está en la sección de C.I. explicaba Abigail. Solo nos queda esperar.

Pero ¿qué tiene? ¿Qué pasó?.

Tuvo un paro cardiaco, pero los médicos lo están estabilizando.

¿Pero como está?

Tendrían que hablar con el medico, como les digo lo están estabilizando.

¡quiero verlo, quiero ver a mi bebe!

Gritaba Gabriela. Mientras Augusto trataba de consolarla, inútilmente.

Ha pasado aproximadamente dos horas, casi una vida. Allí los tres, juntos, ella abrazaba al pequeño, él a ella y a él su tristeza. ¿Se encuentran algún familiar de Renzo Airas?

Aquí doctor. ¿Cómo está mi hijo? Preguntaron los padres. ¿Puedo hablar a solas con ustedes?

¡Por favor doctor! ¿Cómo está mi hijo? Increpó Gabriela desesperada.

No les quiero mentir, su hijo esta muy mal. Solo nos queda esperar las 24 horas siguientes para que reaccione sino... Lo siento, hicimos lo que pudimos... Su hijo esta en coma.

Lo siento. “Su hijo esta en coma”, “su hijo esta en coma”, es la frase que Augusto no se ha podido quitar de la cabeza.

Acariciando a su hijo con los ojos llenos de lagrimas, con el corazón destrozado, con el alma hecha pedazos, con la poca esperanza que aun le queda, con Gabriela llorando, mirando como se le iba la vida, acariciando sus manos, sus dulces y pequeñas manos, acariciando algo suyo, tan suyo.

No había otro camino, no había otra salida, no había otra opción, solo les quedaba creer Talvez en milagros, talvez en la buena suerte, talvez en la ciencia, talvez en los médicos, talvez en los remedios, talvez... Talvez en él... Ya nadie dice nada, las lagrimas ya no son suficientes, las respuestas tampoco, tampoco hay respuestas.

La tristeza no es suficiente, la rabia no es suficiente, el dolor no es suficiente, la desdicha no es suficiente, la desgracia no es suficiente, la incomprensión no es suficiente, ya nada es suficiente, solo hay preguntas, solo dudas, solo dolor, solo vacío, solo ilusiones, solo ruegos, solo peticiones, solo intenciones, solo rezos, solo plegarias, solo maldiciones...

¿Dios por que lo castigas a él y no a mi? Él es inocente ¡mírame!

El pecador soy yo. ¿Acaso no te has dado cuenta? El pecador soy yo

El pecador soy yo El pecador soy yo... El también se preguntaba ¿Por qué?, ¿Por qué él?, ¿Por qué no yo?

Renzo la otra semana es tu cumpleaños, no te vayas, no me dejes, por favor, no me dejes, No me dejes, no te rindas, no te vayas, no te mueras... en silencio lloraba Miguel. Recuerda la promesa... Recuerda la promesa... Recuerda la promesa.

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